El servicio ferroviario, antes de las privatizaciones tenía una gran actividad en la provincia y, en particular, en la capital provincial, con transporte de carga en gran parte del territorio entrerriano. Basavilbaso, Villaguay y Concordia, con destino final a Misiones , son los únicos servicios que quedaron.
Antes de las privatizaciones, los trenes de pasajeros cubrían recorridos entre Paraná y Concepción del Uruguay, la estación Lacroze (de la ex Capital Federal, hoy CABA) y numerosos pueblos y ciudades del interior de la provincia.
Sólo en la capital provincial había alrededor de 1500 trabajadores, que se distribuían entre choferes, azafatas, administrativos hasta el trabajo en los talleres para la construcción y mantenimiento de las unidades y la infraestructura, con hornos de fundición donde se hacía desde un tornillo hasta un motor completo. Hoy, el servicio ferroviario de la provincia, limitado en lo que hace a pasajeros al ramal Paraná-La Picada, quedó reducido a 58 trabajadores.
La preocupación de los trabajadores
Nelson Santini, trabajador ferroviario y delegado de la Unión Ferroviaria, expresó la angustia que viven los trabajadores en declaraciones el programa A quien corresponda (Radio Plaza): “Los empleados acá en Paraná, calculo que en todo el país estamos muy preocupados, con incertidumbre, con miedo”.
“Para nosotros no fueron nada bueno las privatizaciones de los 90 porque quedó mucha gente en la calle”, dijo Santini, que dejó en claro que la preocupación no es sólo por las fuentes de trabajo sino por las consecuencias sobre el servicio y sobre el conjunto de la población y aseguró que el sistema ferroviario “se destruyó” porque en las privatizaciones que se hicieron “no hubo control de nada.
En ese marco, resaltó que “una autopista que estaba en excelentes condiciones, que corrían los trenes por todo el país y andábamos acá en la provincia a 120 kilómetros por hora, por la privatización hoy creo que los cargueros andan a 12 o 10”.
Recuperación y retroceso
“Está destruida toda la vía”, graficó el delegado de la Unión Ferroviaria que, además aludió al estancamiento y retroceso de la recuperación de algunos ramales en la provincia entre hasta 2015: “Acá costó muchísimo, lo poco que se recuperó, se perdió también en gran parte, porque se había recuperado hasta Concepción del Uruguay, íbamos avanzando de a poco y dimos 20 pasos para atrás”, manifestó.
Es casi nula la precisión que tienen sobre lo que puede llegar a suceder a futuro, más que la intención de privatizar: “Estamos en una situación de gran incertidumbre porque no se sabe realmente nada; lo único es que se quiere privatizar, que se nos quiere pasar a sociedades anónimas”.
Piden audiencia con el gobernador “queremos que nos escuchen”. En Buenos Aires somos un botín de guerra.
La trampa del argumento de la ganancia
Por otro lado, Santini se refirió a los argumentos que se utilizan desde el Ejecutivo nacional a la hora de justificar las privatizaciones, respecto del carácter deficitario del servicio en manos del Estado: “En todo el mundo los trenes de pasajeros dan pérdida y se subsidian”.
En ese marco, aseguró que “la ganancia de los ferrocarriles es la carga; se compensa la pérdida del (tren de) pasajeros con la ganancia del carguero".
Por eso, advirtió que si se va a un esquema de privatizaciones “solo de los (servicios de) pasajeros, vamos vas al muere porque el privado no creo que venga a perder plata con el de pasajeros”.
Asimismo, el trabajador ferroviario hizo alusión a otros aspectos que no se consideran a la hora de analizar el servicio sólo en términos de rentabilidad directa, como por ejemplo el abaratamiento de los costos de transporte y la capacidad de carga con respecto al transporte por camiones, las ventajas desde el punto de vista ambiental (utilizan energía eléctrica en lugar de combustibles fósiles para propulsarlos) y la reducción de la siniestralidad vial, que se acrecentó enormemente a partir de las privatizaciones, por la mayor presencia de camiones y el deterioro acelerado de las rutas.
Foto: @TrenesArg (Twitter)