Redacción PlazaWeb

Tres hombres y una mujer comenzaron a ser Juzgados desde este martes en el Tribunal Oral Federal de Paraná por trasportar 10.963 pastillas de éxtasis. Lejos de aquellas 67.000 que fueron detectadas en 2016 en la Aduana de Paraná, pero aún así entre los principales cargamentos detectados en la provincia. Se sospecha que se trata de dos hombres que se proveían de esta en Brasil y la distribuían en Argentina, para su venta en fiestas electrónicas, con la colaboración de una mujer; mientras otro hombre era utilizado como mula para llevar la droga.

La operación narco fue descubierta el viernes 23 de septiembre del año pasado, por policías de Prevención y Seguridad Vial en el puesto caminero de San Jaime de la Frontera (Departamento Federación), ubicado en el kilómetro 289 de la ruta nacional 127.

Los efectivos detuvieron la marcha de un auto Fiat Argo conducido por Víctor Alberto Capria, quien les exhibió una cédula de identificación de automotor que se encontraba vencida desde 2018. Esta irregularidad fue el primer motivo para profundizar el control: los uniformados le pidieron al conductor la apertura voluntaria de las puertas y llevaron a la perra detectora de drogas Eve, que inmediatamente marcó la presencia de sustancias en el asiento trasero.

Las butacas estaban a simple vista descalzadas y levantadas, y se divisaban numerosos envoltorios de nailon transparentes. Al retirarlas, constataron que eran pastillas que el mismo Capria les confirmó a los policías que se trataba de éxtasis, composición que luego se confirmaría con la pericia que resultó positivo para MDMA. En el conteo se determinó que eran en total 10.963, con un peso aproximado de 6,1 kilogramos.

Luego, este hombre primero les dijo a los policías que venía desde Posada (Misiones) y después sostuvo que viajaba desde de Brasil, más precisamente de la ciudad de Uruguayana, y que se dirigía a Córdoba. Los efectivos recordaron que unos minutos antes había pasado un auto Audi A4, cuyo conductor les indicó que estaban realizando un viaje idéntico. Le preguntaron al conductor del Fiat Argo si conocía a los ocupantes de ese auto, dijo que sí y nombró a “Gustavo”.

Se dispuso un operativo para alcanzar el Audi, que fue interceptado en un semáforo de la ciudad de San Jaime, a unos 10 kilómetros del puesto caminero. Allí iban dos hombres y una mujer que fueron demorados y requisados. Se trataba de Carlos Sutter, Gustavo Albarracín y Evelin González.

Los cuatro quedaron detenidos por orden de la jueza federal de Concordia, Analía Ramponi, quien luego los procesó y los envió a juicio por el transporte agravado de droga.

Además, se habían dispuesto allanamientos a las viviendas de los implicados. En el domicilio de Albarracín encontraron más pastillas de MDMA, cocaína y marihuana, y en la casa de González se halló una balanza de precisión con vestigios de cocaína.

Primer día del juicio

El juicio se desarrolla ante el Tribunal integrado por Noemí Berros (presidenta), Liliar Carnero y Roberto López Arango. Por la acusación pública, está el fiscal general José Ignacio Candioti, y los representante de los acusados son: el defensor público oficial Maruicio Zambiazzo (por Capria y González) y Torres (por Albarracín y Sutter).

El debate comenzó con la lectura de la requisitoria fiscal de elevación a juicio. Allí quedó clara la vinculación de los cuatro implicados y los roles que cumplieron en el transporte del cargamento de éxtasis, así como se evidenció que los dos principales responsables no eran unos improvisados ni novatos en el asunto. Los mensajes de texto hallados en los celulares secuestrados y peritados son muy elocuentes acera de un “actuar coordinado y organizado” y “con división de roles”. En las comunicaciones del mismo día del viaje se referían a las rutas por dónde viajar y a evadir controles de Gendarmería. Otros hasta refieren que la mujer se encomendó a un curandero para que le dé protección, dado lo riesgoso de la operación.

Los tres hombres siguen el debate en forma presencial, mientras que la mujer lo hace por videoconferencia desde su casa, ya que está con prisión preventiva domiciliaria. Al momento de la identificación de los cuatro procesados por parte del Tribunal, quedó bastante claro el perfil de cada uno y sus presuntas funciones. Capria, de 29 años, oriundo del Partido de Almirante Brown, provincia de Buenos Aires, recolector de residuos y herrero, con condenas por privación ilegítima de la libertad y lesiones; González, de Córdoba, de 30 años, un hijo de 11, víctima de violencia de género desde la infancia; Albarracín, de 35 años, de Córdoba, estudiante universitario de Administración de Empresas; y Sutter, de 37 años, también cordobés, estudiante de la carrera de contador público.

Si bien en su declaración al inicio de la causa Capria intentó desvincular a los otros tres de la causa, las pruebas lo fueron desmintiendo. Este muchacho dijo en la indagatoria que había viajado a Brasil donde cargó las pastillas. Justamente en ese país Sutter tiene departamentos de su propiedad.

También este martes declararon los primeros seis testigos, entre ellos policías que participaron de aquel procedimiento del 23 de septiembre de 2022 en San Jaime, y comprometieron a los acusados. El debate recién comienza y en las próximas jornadas habrá más declaraciones testimoniales y los alegatos de las partes.