En medio de una tensión diplomática, Paraguay abrió en forma unilateral el vertedero de Aña Cuá al máximo y dejó correr el agua necesaria para hacer funcionar la estratégica represa de Yacyretá, vaciando parcialmente el embalse y poniendo en riesgo la generación de energía clave para la Argentina.
Los técnicos paraguayos de Yacyretá lo abrieron primero para dejar correr 2.000 metros cúbicos por segundo, y luego 4.000.
El hecho ocurrió el jueves entre las 19 y las 23, y recién el viernes cerca de las 17, tras la intimación y el reclamo del titular de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) por Argentina, se logró restablecer el funcionamiento del vertedero.
Estas medidas se realizaron en un conteto de creciente tensión entre Argentina y Paraguay, y se cree que funcionaron como un tipo de represalia por la incautación de diez barcazas paraguayas con combustible que realizó la Argentina por el no pago del peaje de la Hidrovía.
El viernes, el presidente paraguayo Santiago Peña anunció medidas por esta acción y, además de pedir un arbitraje, retirar el apoyo a la Argentina ante organismos multilaterales como el FMI y elevar una demanda ante el Mercosur por impedir el libre tránsito, le apuntó a Yacyretá.
“El acuerdo del Mercosur ha sido un gran avance, es un éxito de la diplomacia y del comercio regional, es hoy una piedra angular de potencial que tiene nuestra región. Lastimosamente notamos hoy un hundimiento de ese Tratado, para lo cual estamos presentando una demanda que va a ser discutida en el Tribunal del Mercosur”, anunció el mandatario paraguayo, Santiago Peña.
Peña dijo que la EBY tiene una deuda “de alrededor de 150 millones de dólares” por la cesión de energía que realizó Paraguay, y que termina consumiendo la Argentina.