En declaraciones realizadas al móvil del programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Ruberto sostuvo que “la muletilla de que los precios suben por el ascensor y los salarios por la escalera’ significa en concreto que las ventas de alimentos y bebidas, indumentaria y calzado, han caído”. Como ejemplo, comentó que “la carne subió entre un 40 o 50% dependiendo de los cortes, y se nota la baja de ventas; y también se nota en el pequeño comercio de ropa, bebidas, alimentos”.
Escuchá la entrevista a Ruberto en A quién corresponda (Radio Plaza):
A raíz de esto, afirmó que “hay preocupación en el sector” y analizó que “en una economía revuelta como ésta, de ata inflación, hay ganadores y perdedores; el primer perdedor es el trabajador, el asalariado, especialmente el que está en negro que hay un 40% en Argentina, y el pequeño comerciante que no tiene espalda para stockearse”.
En resumen, describió que “la situación hoy es de un empobrecimiento generalizado del trabajador, formal e informal, un achicamiento terrible de las ventas y por supuesto de las ganancias de los pequeños comerciantes, y los grandes grupos concentrados –de alimentos, bebidas y otros- que tienen grandes ganancias, igual que las grandes cadenas de supermercados”.
Consultado por la posibilidad de que haya despidos, sostuvo que “aún no hay pero tenemos un horizonte complejo en este aspecto, ya vivimos la crisis de 2001 –que si bien no es la misma-, vivimos la hiper del ‘88-‘89 de Alfonsín y siempre hubo despidos; cuando hay achique de ventas hay comercios que cierran y esto eventualmente puede provocar despidos”. Agregó que “post PASO hubo una importantísima devaluación, hay una proyección de ventas, costos y costo del dólar, y previendo esto los precios se disparan”.
Acotó que “en el comercio no está contemplada la suspensión preventiva de empleados; sí en la industria” y ahondó que “una opción en este contexto es cerrar los sábados de tarde, o directamente no abrir, que si bien no está pasando, no se descarta porque hay una situación incierta”.
“Por ejemplo el viernes pasado una importantísima cadena de ventas de electrodomésticos se quedó sin sistema y por lo tanto no puede facturar ni pagar sueldos, y no se sabe si es un hackeo auto provocado o qué es, o es una precaución, son estrategias que a veces sucedes. También pasa con la venta de automóviles que no se entregan unidades, y en el comercio de carne que es importante en nuestro sector, sobre todo para el pequeño o mediano comerciante paranaense que se refugió ahí, también está sufriendo esto por el aumento importante”, señaló.
En ese marco, planteó que en cuanto a los salarios de los trabajadores, “por más que en el sector se va a cobrar el bono de 30.000 más 30.000, sumado a los 7.500 que correspondería de la paritaria, siempre vamos atrasados”.
Respecto de esta medida del bono que implementó el Ministerio de Economía de la Nación, Ruberto aseguró que “a pesar de que la CAME ya hablo con el titular del gremio diciendo que lo van a pagar, que es algo difícil para el pequeño comercio, hay veces en que el gobierno tiene que dar este golpe de timón para forzar el pago de un bono porque esto se llama velar por el bien común, y excepto la paritaria bancaria que por supuesto son otros que siempre ganan porque el principal cliente y deudor es el gobierno, las otras paritarias están complicadas”.
“Creo que fue una medida que puede ser criticada en el contexto electoral pero es necesaria porque si el gobierno devalúa la moneda de golpe como hizo post PASO también tiene que compensar un poco salarialmente”, definió.
Asimismo, analizó que “hay una situación incierta, se suma que los principales candidatos no tienen un mensaje certero y que traiga tranquilidad, se viene un horizonte políticamente convulsionado que seguramente repercute en lo económico de una manera determinante”.
Consultado por la incidencia del turismo en el sector comercial de la ciudad, evaluó que “el comercio en Paraná está vinculado a alimentos y bebidas, grandes supermercados, carnicerías, pequeños mercaditos que abastecen a la población local, y después tenemos la Peatonal con venta de indumentaria y calzado básicamente, y la gente que viene a la ciudad lo hace fundamentalmente por una cuestión gastronómica, especialmente de pescado, o por las bellezas naturales porque es una ciudad tranquila, hermosa, bonita, donde se pueden recorrer las pequeñas poblaciones cercanas como las Aldeas Alemanas o las termas de María Grande, no viene a comprar ropa, el atractivo no es ese. Entonces, que varíe o no el horario del comercio de la Peatonal, no cambia nada para el turismo; si las ferias de artesanos que son recorridas por mucha gente”.