Personal de la policía Federal detuvo al dueño de un establecimiento lechero de la localidad de San Vicente rescataron a una pareja y sus hijos menores de edad. Las jornadas laborales eran de 15 horas, con incumplimientos salariales. Vivían en una vivienda precaria sin agua corriente, baño ni calefacción y los dejaban salir del establecimiento sólo seis horas para comprar alimentos.
Agentes del departamento Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina llevaron a cabo la aprehensión del dueño de un establecimiento lechero, así como el rescate de una pareja y sus hijos menores de edad.
Durante el pasado mes de mayo, el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 2 de Lomas de Zamora, bajo la dirección del doctor Ernesto Kreplak y la supervisión de la Secretaría N°4 a cargo del Nicolás García Lira, asignó al departamento Trata de Personas la tarea de investigar una denuncia anónima. Los investigadores procedieron a realizar múltiples visitas en diferentes momentos del día al establecimiento en cuestión, conocido como el “Tambo”, donde entre trece y quince trabajadores estaban empleados. Durante estas visitas, se obtuvieron registros fotográficos y videos que revelaron la falta de medidas de seguridad, la presencia de menores junto a adultos y jornadas laborales que superaban las 15 horas diarias, según publicó Entre Ríos Noticias.
Con las pruebas recolectadas, el magistrado a cargo emitió una orden de allanamiento, en la que se contó con la asistencia del departamento técnico del Cibercrimen, que utilizó drones para capturar imágenes aéreas del lugar debido a su extensión. Durante el allanamiento, se encontraron dos empleados adultos de nacionalidad argentina, quienes resultaron ser un matrimonio originario de la Provincia de Entre Ríos. La esposa desempeñaba labores en el área de ordeñe, mientras que su esposo se encargaba de cuidar el ganado en los terrenos. Tras entrevistar a la pareja, el personal del Programa Nacional de Rescate recopiló información que reveló que, hasta aproximadamente una semana antes, el lugar solía emplear a no menos de 13 trabajadores. Sin embargo, la explotación de largas jornadas laborales, el incumplimiento en el pago de salarios y otros abusos por parte del propietario llevaron a que los trabajadores renunciaran.
El matrimonio también compartió detalles sobre sus condiciones de vida, señalando que residían en una modesta cabaña de madera sin acceso a baño ni agua corriente. Además, carecían de calefacción para el invierno, ya que el propietario no lo permitía. Su único período para salir del lugar era los domingos, entre las 9 y las 15, para realizar las compras de alimentos para la semana.
Mientras se llevaba a cabo la operación, los funcionarios interventores notaron una camioneta que circulaba lentamente alrededor de los límites del campo en repetidas ocasiones. Al intentar identificar al conductor, este aceleró el vehículo en un intento de huida. Sin embargo, fue detenido a unos 500 metros del lugar y resultó ser el propietario del campo, identificado como “José Luis”.