La obra “Flota. Rapsodia santafesina”, ganadora de la Fiesta Provincial del Teatro de Santa Fe, ha consolidado su lugar en la escena teatral local y nacional. Su reconocimiento no solo refleja la calidad artística, sino también el profundo compromiso social y político que atraviesa la propuesta. Se trata de una creación colectiva de la compañía “Hasta las manos” y es la primera propuesta de teatro de objetos y títeres de la Comedia UNL, seleccionada mediante una convocatoria de la Secretaría de Extensión y Cultura.
El impacto de “Flota” ha sido significativo desde su estreno en junio de este año, con 24 funciones a sala llena. La obra ha recorrido un camino lleno de emociones y desafíos, y su selección en la Fiesta Provincial del Teatro de Santa Fe representa una culminación importante. Según Juan Venturini, uno de los creadores de la obra, este logro es un reflejo del trabajo colectivo y el esfuerzo de un grupo que apostó por un proyecto distinto, pero con un mensaje claro y potente: “Todo el trabajo que tenemos en el camino de hacer una apuesta se ve reflejado en el público y en la comunidad”, afirma.
Un lenguaje universal de dolor y esperanza
“Flota” tiene como eje principal la inundación que sufrió la ciudad de Santa Fe el 29 de abril de 2003. Sin embargo, más allá del hecho puntual, la obra aborda un lenguaje universal que toca temas como el dolor, la injusticia y la necesidad de organización colectiva. Venturini destaca que la obra no solo ha calado hondo en los santafesinos, sino también en comunidades fuera de la provincia, lo que demuestra que “estos crímenes y estas crisis sociales tienen un lenguaje universal”. Esta universalidad de los temas tratados en “Flota” le otorga una relevancia que trasciende los límites geográficos de la ciudad de Santa Fe.
Uno de los aspectos más destacados de la obra es el uso de títeres y objetos como recursos escénicos. Esta elección no solo aporta una estética particular, sino que también subraya la importancia del oficio del títere y el teatro de objetos en la cultura local. “Es un orgullo gigante que una obra con un compromiso político y social, hecha con títeres y objetos, sea elegida para representar al teatro de la provincia de Santa Fe”, señala Venturini, resaltando la singularidad de esta propuesta en el ámbito teatral.
El teatro como herramienta de reflexión colectiva
Para el equipo de “Flota”, el teatro es mucho más que entretenimiento; es una herramienta poderosa para repensar la cotidianidad, cuestionar lo establecido y abrir nuevas formas de expresión. Venturini afirma que “ninguna tragedia es individual, las tragedias son colectivas. Las salidas y las soluciones son colectivas”. En este sentido, “Flota” invita a la reflexión sobre los problemas sociales y colectivos, dando voz a las comunidades y sus luchas.
La obra también plantea la necesidad constante de encontrar nuevas formas de comunicación y de contar lo que nos pasa. "Flota nos demuestra que el teatro nunca deja de buscar nuevas maneras de comunicarnos, pensarnos, discutirnos y repensarnos", dice Venturini. Este constante ejercicio de búsqueda y reflexión es lo que mantiene viva la propuesta de la obra, y lo que permite que siga conectando con el público a través de su lenguaje visual y poético.
Proyección y futuro
Mirando hacia el futuro, el la Compañía “Hasta las Manos” ya está trabajando en una versión más fácil de transportar de “Flota”, con el objetivo de que la obra pueda girar por otras ciudades durante 2025. “Estamos adaptando los objetos para que sean más fáciles de mover, sin perder su esencia. Queremos que ‘Flota’ siga llegando a más públicos”, sostiene Venturini. La compañía está comprometida con la circulación de sus obras, buscando expandir su alcance y seguir llevando su mensaje a diferentes comunidades.
El legado para las nuevas generaciones de artistas
En cuanto a las nuevas generaciones de artistas, Venturini comparte una reflexión sobre la importancia de la inquietud y el trabajo colectivo. "Nosotros todavía nos sentimos parte de las nuevas generaciones y creemos en la importancia de mantener viva la curiosidad, de seguir provocándonos y provocando crisis que nos saquen de los lugares comunes", dice. Para el grupo, el trabajo colectivo y la reflexión constante son claves para seguir avanzando en la creación artística y para encontrar nuevas formas de expresión.
En este sentido, “Flota” también lanza un mensaje claro: la esperanza no está perdida, y las comunidades tienen la necesidad de seguir pensando y reclamando lo que les corresponde. “Flota nos devuelve la esperanza y nos demuestra que las comunidades, aunque a veces parezca que la esperanza se corre, siguen buscando formas de hacernos escuchar”, concluye Venturini. En tiempos donde el individualismo y la impunidad parecen ganar terreno, “Flota” reafirma la importancia de la lucha colectiva y el poder del teatro como lenguaje justo y necesario para expresar lo que no se puede callar.
Equipo
La obra es una creación colectiva de la compañía “Hasta las manos”, con la dirección general de Javier Swedzky y la co-dirección de Sebastián Santa Cruz. La dramaturgia es de Javier Swedzky, Sebastián Santa Cruz, Mónica Alvarez, Juan Venturini y Manuel Venturini, estos tres últimos además son los intérpretes que aparecen en escena. La música y el diseño sonoro está a cargo de Franco Bongioanni. La dirección artística es de Jaquelina Molina, quien junto a Matías Bonfiglio también se encarga del diseño y realización de títeres, objetos y escenografía, con la ayuda de Mercedes Fernández y Abril Peretti. La construcción de los elementos escenográficos es de Raúl Scotto Lavina, con el títere invitado de Esteban Fernández, Silvina Vega y Alfredo Iriarte. Ariel Theuler es el responsable del diseño de luces y Georgina Rodríguez del diseño gráfico. La obra cuenta con la producción y coordinación de la Dirección de Cultura de la UNL, de la mano de Florencia Russo y Ariel Theuler. Para el proceso creativo contó con el trabajo de memoria santafesina de "A mi nadie me avisó" (Matecosido Audiovisual), Adriana Falchini, Mari Hechim, la poesía de Horacle, Estela Figueroa y Francisco Bitar y el Archivo inundación de Bernardo Gaitán Otarán.