Un 30 de octubre de 1983, Alfonsín se imponía en las elecciones presidenciales que marcaban el retorno democrático.
El sábado 10 de diciembre fue el día convenido para el traspaso de mando tras una negociación entre el régimen militar saliente y los funcionarios del gobierno electo.
La elección de la fecha no era causal y tenía que ver con la conmemoración del 35° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos promulgada por las Naciones Unidas.
De esta forma, Alfonsín quería marcar una diferencia clara entre el régimen en retirada, que se marchaba tras haber perpetrado graves violaciones a los derechos humanos mediante la aplicación de un plan sistemático de represión ilegal, que incluyó torturas y desapariciones forzadas, y la gestión que entraba, que apuntaba a sostener la vigencia de la Constitución.
El día de su asunción, el presidente electo dejó bien temprano el hotel Libertador escoltado por los Granaderos a caballo, llegó al Congreso para jurar ante la Asamblea Legislativa y pronunció un discurso de más de una hora ante los miembros del Congreso y los funcionarios de su gabinete.
El vicepresidente de Estados Unidos, George Bush; el presidente de Gobierno español, Felipe González, el premier italiano Betino Craxi; y los presidentes de Nicaragua, Daniel Ortega; de Perú, Fernando Belaúnde de Terry; de Colombia, Belisario Betancur; y de Bolivia, Hernán Siles Suazo, fueron las presencias internacionales más importantes que asistieron a la jura de Alfonsín.
Aquel 10 de diciembre de 1983 se iniciaba un ciclo que 40 años de gobiernos democráticos que se extiende hasta la actualidad.